sábado, 8 de noviembre de 2008

Los hombres envidiosos

Al calderón común no le disgusta la presencia humana, siendo estos mamíferos muy proclives a acercarse a las embarcaciones para curiosear. Se trata de un nadador lento, que no realiza migraciones largas; sin embargo es un excelente buceador, que puede descender hasta los 300 metros de profundidad para buscar alimento. A menudo, después de comer, se les ve flotando en el agua inmóviles, a merced de las mareas.

Generalmente se los ve en grandes grupos. Tienen una buena relación con otras especies de delfines con los que son muy solidarios, sobretodo cuando alguno está herido. El núcleo del grupo es la familia de unos 15 o 20 miembros, aunque en ocasiones se concentren varios centenares de hembras con su cría y un solo macho adulto (se cree que son polígamos).

Pero el calderón común, ídolo de toda la población masculina, es la víctima de una tradicional matanza anual en las Islas Feroe (Dinamarca). Si bien esto lo escribo con cierto cinismo, el hecho es vergonzoso, lamentable, retrógrado y no pongo más adjetivos sino que paso a relatarlo.

Desde hace 1.200 años, el ritual de iniciación de los jóvenes varones consistía en aniquilar ejemplares de esta especie. Luego de masacrar a más de dos mil delfines los nuevos “hombres” salían del agua roja para festejar junto a sus pares ebrios.

“LO QUE LE SUCEDA A LOS ANIMALES TAMBIÉN LE SUCEDERÁ AL HOMBRE”

Los pobladores de estas Islas basan gran parte de su dieta en la carne de estos hermosos e inteligentes mamíferos acuáticos – dicen que es muy sabrosa –. Y acá aparece un problema mucho peor. El calderón tiene en sus víseras, carne y grasas importantes concentraciones de COPs, PCBs, MERCURIO y otras sustancias tóxicas. Todo esto es fruto de la contaminación por los desechos industriales, y ¡ojo! No los que se desechan directamente a sistemas acuáticos como son los ríos o los mares, sino por los atmosféricos.

Tras estudios realizados en la población feroesa – en los que se registró no sólo un alto índice de los contaminantes mencionados arriba, sino que también secuelas de los mismos – el Instituto de Higiene de las Islas hizo un llamado a la población para restringir el consumo de delfines calderones. El calderón común actúa así como un “indicador de la contaminación” de los sistemas marinos, que además, como recurso – ya dudosamente renovable –, contaminó a los isleños que lo consumen originando así, serios problemas sanitarios tanto en las islas Shetland como en las Feroe. Otra consecuencia grave es el impacto en la economía local, en la que la industria pesquera y sus exportaciones son protagonistas.

¿Ves? Al principio de la nota uno se apena por los delfines masacrados y al terminar ya no sabemos si comer pescado… ya sea porque está contaminado o por el malestar que nos genera pertenecer a la especie animal más cruel y destructora…

Lo que sí, a estos isleños, cualquier nutricionista debería recomendarles una dieta basada en productos de granja y vegetales…, además de una psicoterapia urgente. En esta dirección muchos amantes de los animales están juntando firmas pidiendo se frene la matanza anual del calderón común, si querés sumate a la cruzada: http://www.petitiononline.com/zxqw1234/petition.html
Lic. Irene Maipah
FUENTES:
“Cetáceos Calderones”. Por el Dr. Marcos Sommer (Septiembre 2008)
http://waste.ideal.es/cetaceos-calderon.htm

1 comentario:

Anónimo dijo...

Importante que hayan personas como el Dr. Marcos Sommer que construya un puente entre la ciencia marina y la sociedad, para mostrarnos que el futuro de la biodiversidad marina está condenada. En el silencio cuente con nuestro apoyo, el mundo necesita abrir sus ojos. Agradecido por llamarnos a la reflexión sobre está situación de la muerte por el hombre de los mamiferos calderones.