¿Y YO… QUÉ PUEDO HACER?

La Licenciada Irene Maipah, Encargada de Medios de Apoyo Técnico, en la Escuela Media Nº 5, se encuentra realizando una serie de proyectos con los alumnos del Establecimiento, destinados, todos ellos, a la toma de conciencia sobre diferentes aspectos, que tanta falta hace en el mundo adulto. Situar a los jóvenes como verdaderos protagonistas y transmisores del mensaje es el verdadero de objetivo de estas actividades realizadas con esmero, porque ella asume día a día el compromiso con los más jóvenes.

Se destacan ideas de reinserción de personas con capacidades diferentes (ceguera, pérdida de la audición), donación de sangre, colaboración con entidades sanitarias (Hospital Garraham) y otras tantas que salen de una cabeza alboratada, pero que sólo piensa en el bien de los demás.

Si te interesa conocer los proyectos de Irene y su equipo, ingresá a http://enlaotramitad.blogspot.com/ y decile que te pareció. Sino, podés leer su Proyecto, que te acerca EPIlogo a continuación en nuestro espacio verde y se titula: "¿Y YO… QUÉ PUEDO HACER?

Muchos docentes estamos preocupados por la problemática situación de nuestro medio ambiente; así como también, estamos preocupados por el aparente desinterés de los alumnos y las difíciles realidades que les tocan atravesar.

“Si bien la condición de adolescencia implica un estado de mayor vulnerabilidad, por lo que se es más susceptible a circunstancias del medio, en el caso de contextos desfavorables el impacto alcanza a incidir directamente en su permanencia en la escuela, en tanto la necesidad económica los impulsa a insertarse en el ámbito laboral… También los contextos de pobreza generan que estos adolescentes deban asumir responsabilidades propias de los adultos, como el cuidado de hermanos y las tareas del hogar”. Así los describe el Equipo Técnico del Proyecto –MECyT, características absolutamente compatibles con el perfil de los alumnos del turno vespertino de nuestra Escuela.

Teniendo en cuenta que la situación no alegra el alma, decidimos encarar este proyecto desde una perspectiva más alentadora, de forma tal que nos estimule a obtener pequeños logros propios (proponiendo acciones simples para realizar cotidianamente y expresar públicamente nuestra opinión como puede ser a través de la redacción de una carta abierta al lector en un medio periodístico: un diario local) en beneficio de nuestro medio ambiente, y por ende, para todos nosotros ya que mejoran la calidad de vida. En otras palabras, rescatar el valor de un granito de arena, ya que varios forman un puñado.

En la Argentina, al igual que en otros países, se desarrollan distintas actividades humanas que perjudican el medio ambiente. Entre ellas, se pueden nombrar la deforestación, el avance de las fronteras agropecuarias, los incendios intencionales, diversas actividades contaminantes, la extracción de materiales para la construcción, la implementación de basurales a cielo abierto, la introducción de especies exóticas, el comercio ilegal de fauna y la sobreexplotación pesquera son sólo algunos ejemplos.

En un pedido masivo de ayuda en la red, cuyo título es “Buscamos ciudadanos responsables” se lee: “… uno de los mayores problemas ambientales: el escepticismo. Creer que no se puede cambiar nada. Muchas veces no sabemos qué hacer y las soluciones son tan sencillas, tan obvias, que parecen tontas. Son medidas simples y aunque parecen poco espectaculares constituyen una forma práctica y concreta para salvar especies amenazadas y cuidar mejor nuestros bosques o selvas”.

Poner en práctica estos consejos lleva tiempo, porque no estamos acostumbrados a ser tan cuidadosos y porque muchos de nosotros no recibió esta enseñanza en la escuela. De ahora en más, depende de nuestra voluntad. Si realmente estamos convencidos que deseamos mejorar nuestra situación ambiental, tenemos trabajo.

Leonardo Boff tiene una concepción extremista respecto a la incidencia de los problemas ambientales sobre la vida en el planeta. Afirma que “hoy, por la unificación del espacio económico mundial en los moldes capitalistas, el saqueo sistemático del proceso industrial contra la naturaleza y contra la humanidad, hace al capitalismo claramente incompatible con la vida. Se plantea así una bifurcación: o el capitalismo triunfa al ocupar todos los espacios como pretende, y entonces acaba con la ecología y pone en riesgo el sistema Tierra, o triunfa la ecología y destruye al capitalismo, o lo somete a tales transformaciones y reconversiones que no pueda ya ser reconocible como tal. Esta vez no va a haber un arca de Noé que nos salve a algunos y deje perecer a los demás. O nos salvamos todos o pereceremos todos. Entre otros, tres son los nudos problemáticos creados por el orden del capital, que deben ser desatados: el nudo del agotamiento de los recursos, el de la sostenibilidad de la Tierra y el de la injusticia social mundial.”

Cuando los científicos nos ponen al tanto con sus proyecciones, cuando los ecologistas alertan y protestan, cuando los canales de cable y otros promotores y docentes informan para concienciar, nos preocupamos, asustamos y después de eso… no hay acciones ni cambios, todo sigue igual.El escepticismo no es nuestro único problema, el consumismo, el capitalismo, la indiferencia, la comodidad, la cobardía también lo son.

El Homo sapiens se autoaniquila y degrada aceleradamente su medio ambiente. Y las acciones para frenar esto no aparecen o son insuficientes, y la toma de conciencia es careta…

La problemática ambiental de Argentina es en parte consecuencia de un aumento gradual de la población urbana y del desarrollo industrial; y por otro lado, las exportaciones (como la soja a Alemania para su obtención de biodiesel, o la sobrepesca autorizada o, por lo menos no restringida como debería serlo, a buques extranjeros…, la lista sigue). Todo esto en un marco de legislación inadecuada, con un déficit de infraestructura sanitaria y de tratamiento de desperdicios. El panorama no es alentador pero podemos hacer algo para que esto no empeore: trabajar con esperanza.