El progreso de la basura

Basura electrónica. ¿Qué es? se preguntarán. Lo mismo me ocurrió a mí la primera vez que oí hablar del tema. Inmediatamente me surgieron algunas dudas: ¿Cómo se genera? ¿Qué la compone? ¿Qué efectos produce?

Este tipo de basura se origina al desechar los aparatos electrónicos en desuso, éstos son tirados junto a la basura común o acumulados en algún rincón de la casa.

El desecho electrónico es un problema importante, ya que a medida que pasan los años se incrementa de un modo rápido y pareciera que no tiene fin. Digo esto porque el avance tecnológico no para, cada día sale algo nuevo, un aparatito más novedoso que el que compramos el mes pasado. ¿Mp3? No, ahora ya existe el mp4.

La tecnología crece cada día, los inventos no paran, ni pararán. Los aparatos electrónicos tienen un ciclo de vida, tarde o temprano quedan obsoletos y pasan a ser chatarra. Entonces ¿Qué hacemos con las computadoras, los televisores y los celulares que no andan, que quedaron obsoletos o que ya no se usan? De este modo, los desechos electrónicos componen el grupo de desperdicios de mayor crecimiento no sólo en Argentina sino en todo el mundo.

El 75 % de ellos está guardado porque no se sabe qué hacer. Y las proyecciones de ventas de los fabricantes hablan de al menos cinco millones de equipos informáticos obsoletos en los próximos cinco años.

Ahora me surge otra pregunta ¿Cuál es el problema de que estos aparatos sean desechados? Estos materiales provocan impactos negativos tanto en el medio ambiente como en la salud de los hombres.

El INTA lo explica diciendo: "Todos los residuos siempre impactan en el medio ambiente, porque la mayoría de los materiales no son biodegradables. Los metales tienen una gran capacidad para persistir en el medio ambiente. Y el eslabón final siempre es el hombre, que termina ingiriéndolos a través de lo que come".

Los tóxicos que liberan estos aparatos generan daño renal, trastornos menstruales, irrita el sistema nervioso, disminución de glóbulos rojos, afecta al hígado, los pulmones, el corazón, los huesos y provoca abortos espontáneos.

Algo que nos da un panorama alentador, es saber que la mayoría de los aparatos electrónicos contiene una cantidad de materiales, incluyendo metales, que se pueden reciclar. Pero para eso se deben separar de la basura cotidiana.

En Argentina solo hay dos chatarreras electrónicas registradas en la Secretaría de Medio Ambiente, Silkers y Botrade, pero ninguna ley, solo un proyecto.

Por lo tanto, no nos lamentemos, actuemos. Que el proyecto pase a ser algo concreto, que la idea de una Ley se haga realidad y quienes deben ocuparse se ocupen.